miércoles, 7 de abril de 2010

Los actos deben estar por encima de las palabras

Hoy pretendo reflexionar acerca de una frase atribuida al celebérrimo filósofo chino Confucio: "Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus actos".
Si somos sinceros con nosotros mismos y hacemos examen de conciencia, nos daremos cuenta de que muchas veces se nos van la fuerza y las ganas de realizar cosas por la boca. Pasamos mucho tiempo preparando una estrategia para luego darnos cuenta de que muy poco o prácticamente nada hemos hecho. Disfrutamos enormemente haciendo horarios imposibles de cumplir o comentando a los demás nuestras ansias, anhelos y deseos. Cuando pasado un tiempo esas personas nos preguntan por nuestras promesas, rápidamente sonreímos y le quitamos importancia echando la culpa a la falta de tiempo o cualquier otra eventualidad. Somos así, qué le vamos a hacer... ¿Quién no ha mirado al lejano horizonte después de una dura jornada de senderismo y ha prometido comprometer su vida con la Naturaleza?. ¿Acaso no perjuramos hasta la saciedad no volver a caer en los errores del pasado, y aún así tropezamos de nuevo en la misma piedra?. Sencillamente es la condición humana, esclava por siempre de sus deseos y a quien los juramentos y promesas no le afectan porque no dejan de ser, al fin y al cabo, solo palabras.
Cualquier empresa propuesta desde las más nobles intenciones fracasará en su desarrollo, si las palabras ganan terreno a los actos. A veces no se puede evitar, contagiamos a los demás de nuestras ilusiones pero a la hora de llevarlos a cabo... Propongo una solución, o al menos una forma de evitar contínuamente remordimientos por volver a fracasar en el empeño, y además muy fácil de cumplir, siempre y cuando haya disposición por supuesto. Se trata de que cuando hablemos de grandes logros o grandes hazañas donde seamos los protagonistas, lo hagamos siempre en pasado. Me explico: no es lo mismo decir que yo bajaré tantos kilos de peso y tendré un cuerpo escultural que un día, frente al espejo, vea logradas mis inteciones y entonces pueda decir que lo he logrado. Y así con todo, más vale estar orgullosos de habelo hecho y así hacérselo saber a quien pregunte que estar siempre hablando del volátil futuro.
Mi consejo: a partir de ahora procura hablar en pasado.

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