lunes, 26 de abril de 2010

Una bonita puesta de sol

De todos los espectáculos que puede ofrecernos la Madre Naturaleza, sin duda éste merece ser elogiado por los tiempos de los tiempos. Invita a la reflexión más que cualquier acontecimiento cotidiano. Nos conmueve sobre manera, permite ver lo nunca visto dentro y fuera de nosotros. Aleja tensiones, disipa las dudas, favorece la reconciliación, aclara malos entendidos, reporta sosiego y no deja nunca de asombrarnos.

Muchas veces el ejercicio de la reflexión no estriba en qué darle vueltas para mejorar y progresar como personas civilizadas; se refiere más bien a encontrar el momento oportuno donde nuestro cuerpo y mente estén en absoluta serenidad, y así llegar a conclusiones correctas no condicionadas. Algunos optan por la meditación, otros por irse a la playa y también los hay quienes mezclan ambos. Pero vamos, quien dice playa puede decir monte, y la meditación no ha de ser para nada algo esotérico; basta con relajarnos y dejar que la mente divague a su antojo, sin cortapisas de ningún tipo. El resto es cosa de ella, dejémosla a su entera libertad sin centrarnos para nada en concreto, pronto daremos cuenta de los buenos resultados que su práctica concede.

Por poner un ejemplo del mundo occidental, más concretamente de nuestras islas Canarias, ahora vienen las fiestas de mayo, más adelante el verano, luego las Navidades, Fin de Año, Carnavales, Semana Santa y volveremos al día de hoy pasado un año. Siempre algo en mayor o menor medida se repite, para bien o para mal, pero debemos salirnos de esa espiral si queremos establecer un punto de inflexión. Estamos imbuidos de muchos "comportamientos de temporada", donde en el verano o Semana Santa o Fin de Año, haríamos lo que no haríamos en otras épocas. ¿Por qué?. La respuesta la debemos de buscar en nosotros mismos, pues aunque el resto del mundo se vuelva loco y no atienda a razones, ¿no deberíamos de continuar guiados por nuestro GPS particular, el cual nos marca dónde estamos y adónde queremos llegar?.

Conclusión: olvídate de la época del año y sus prejuicios, adopta posturas propias alejadas del ánimo del resto, y para ello, nada mejor para resetar la mente que una bonita puesta de sol.

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